**Satanás y el hombre en guerra** 59020

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"Oposición pondré entre usted y la mujer, y entre tu simiente y la descendencia suya; ésta te atacará en la cabeza, y tú le dañarás en el calcañar." Génesis 3:15. Esta antagonismo no es natural. Cuando el hombre transgredió la norma divina, su naturaleza se volvió corrupta, en armonía con Satanás. Los seres rebeldes y los hombres malvados se asociaron en terrible compañía. Si Dios no se hubiera interpuesto, Satanás y el hombre habrían formado pacto contra el Cielo, y toda la raza humana se habría aliado en rebelión a Dios.


Cuando Satanás supo que debía establecerse rivalidad entre él y la mujer, y entre su prole y la de ella, supo que por algún camino había de prepararse al hombre para resistir su poder.


Cristo implanta en el hombre la resistencia contra Satanás. Sin esta fuerza renovadora y este aliento celestial, el hombre seguiría siendo un instrumento siempre dispuesto a ejecutar las instrucciones de Satanás. Pero el distinto elemento en el corazón crea oposición; el poder que Cristo otorga fortalece al hombre para luchar contra al tirano. Aborrecer el error en vez de amarlo muestra un origen totalmente de lo divino.


El conflicto entre Cristo y Satanás se expresó de manera clara en la reacción de Jesús por el sistema. La santidad y inocencia de Cristo generaron contra Él el rencor de los pecadores. Su humildad fue una reprensión perpetua para un pueblo soberbio y carnal. Satanás y los demonios se aliaron a los hombres malos contra el Campeón de la luz. La misma enemistad se manifiesta hacia los seguidores de Cristo. Quien resista la influencia despertará la ira de Satanás. Cristo y Satanás no pueden convivir. "Todos los que quieran vivir justamente en Cristo Jesús experimentarán persecución". 2 Timoteo 3:12.


Los instrumentos de Satanás intentan confundir a los discípulos de Cristo y alejarlos de su lealtad. Ellos pervierten las Escrituras para lograr su objetivo. El odio que dio crucifixión a Cristo motiva a los enemigos a eliminar a sus creyentes. Todo esto está prefigurado en esa primera profecía: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya."


¿Por qué Satanás no encuentra mayor rechazo? Porque los siervos de Cristo tienen tan limitada conexión real con Cristo. El pecado no es para ellos detestable como lo fue para su Señor. No se oponen a él con una decisión firme. Están cegados ante el rostro del príncipe de las oscuridad. Incontables no saben que su adversario es un astuto líder que combate contra Cristo. Incluso los pastores del evangelio pasan por ignoran las evidencias de su obra. Parecen negar su presencia misma.