**Satanás y el individuo en guerra** 28135

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"Enemistad pondré entre vos y la mujer, y entre tu linaje y la prole suya; ésta te herirá en la frente, y tú le lastimarás en el calcañar." Génesis 3:15. Esta enemistad no es innata. Cuando el hombre violó la ley divina, su esencia se volvió perversa, en sintonía con Satanás. Los espíritus malignos y los individuos perversos se aliaron en desesperada conjunción. Si Dios no se hubiera interpuesto, Satanás y el hombre habrían hecho trato contra el Reino divino, y toda la raza humana se habría asociado en oposición a Dios.


Cuando Satanás oyó que debía existir antagonismo entre él y la mujer, y entre su simiente y la de ella, entendió que por algún modo había de habilitarse al hombre para enfrentar su poder.


Cristo inserta en el hombre la enemistad contra Satanás. Sin esta bendición transformadora y este poder espiritual, el hombre seguiría siendo un siervo siempre dispuesto a cumplir las instrucciones de Satanás. Pero el nuevo elemento en el corazón crea oposición; el poder que Cristo concede fortalece al hombre para rechazar al usurpador. Aborrecer el error en vez de justificarlo muestra un poder totalmente de lo celestial.


El conflicto entre Cristo y Satanás se expresó de manera clara en la respuesta de Jesús por el mundo. La santidad y inocencia de Cristo generaron contra Él el rechazo de los malvados. Su abnegación fue una advertencia perpetua para un pueblo orgulloso y carnal. Satanás y los ángeles malos se juntaron a los impíos contra el Campeón de la luz. La misma rivalidad se repite hacia los discípulos de Cristo. Quien resista la tentación provocará la ira de Satanás. Cristo y Satanás no pueden coexistir. "Todos los que quieran caminar justamente en Cristo Jesús padecerán aflicción". 2 Timoteo 3:12.


Los instrumentos de Satanás intentan confundir a los siervos de Cristo y apartarlos de su fidelidad. Ellos pervierten las Sagradas letras para lograr su meta. El espíritu que dio fin a Cristo mueve a los pecadores a perseguir a sus creyentes. Todo esto está profetizado en esa original profecía: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya."


¿Por qué Satanás no encuentra más fuerte resistencia? Porque los discípulos de Cristo tienen tan débil relación profunda con Cristo. El pecado no es para ellos detestable como lo fue para su Maestro. No se oponen a él con una decisión firme. Están desorientados ante el rostro del príncipe de las tinieblas. Multitudes no saben que su enemigo es un astuto líder que lucha contra Cristo. Incluso los ministros del mensaje pasan por alto las señales de su actividad. Parecen olvidar su realidad misma.